Este domingo se cumple un año desde que un seísmo de 9 grados de magnitud
causara 15.845 muertos y provocara el mayor desastre nuclear de Japón.El
Gobierno japonés ha aprobado ya cuatro presupuestos extraordinarios para hacer
frente a la reconstrucción del país.Las autoridades plantearon la posibilidad de
evacuar Tokio.
Este domingo 11 de marzo se cumple un año desde
que un terremoto de 9 grados de magnitud en la
escala Richter, seguido de un tsunami, arrasara la costa de Japón, dejando a su
paso 15.854 muertos, 3.271 desaparecidos y el accidente
nuclear más grave en la historia del país asiático.
Ahora, 365 días después, 337.819 personas siguen sin hogar, según Save the
Children, y la reconstrucción de las zonas más afectadas por la tragedia avanza
lentamente. Mientras, la central de Fukushima recupera la normalidad bajo una
férrea vigilancia.
14.46 h, cuando todo comenzó
El viernes 11 de marzo de 2011, a las 14.46 hora local (6.46 hora española) un terremoto
cuyo epicentro se situó en el mar, a 130 kilómetros de Sendai, en la costa este
de Japón, hizo temblar al país durante seis interminables minutos. La magnitud
del seísmo, provocado por el choque entre dos placas
tectónicas, la del Pacífico y la Norteamericana, fue de 7,9 grados en
la escala Richter, una cifra que finalmente se elevó hasta los 9 grados.
Las provincias de Iwate, Miyagi y Fukushima, en
la región de Tokohu, fueron las más afectadas, no solo por
el temblor, sino por el tsunami que le siguió. Olas que superaron en
algunos puntos los diez metros de altura arrasaron viviendas e infraestructuras y destrozaron las ciudades
más próximas al mar, desatando una alerta en
otros Estados del Pacífico, como Nueva Zelanda, Australia, Filipinas o las islas
Hawai que finalmente quedó solo en un aviso.
El Gobierno nipón consideró entonces que el coste económico del terremoto y del posterior tsunami
ascendería a unos 25 billones de yenes (217.400 millones de euros),
especialmente por los daños causados en infraestructuras, una cifra que ha ido aumentando con el paso de los meses.
El Ejecutivo espera recaudar un total 11,55 billones de yenes (107.000 millones de
euros) hasta el 31 de marzo, cuando termina el año fiscal, a través de la
emisión de bonos especiales y la inversión de particulares. Además, se han
aprobado ya cuatro presupuestos extraordinarios por más de 20 millones de yenes
(185.000 millones de euros) para reconstruir la zona
arrasada por la catástrofe. Una inversión que pasará factura al país
industrializado con mayor deuda pública del mundo, de más de un 200% de su producto interior bruto (PIB).
Fukushima, un año después
El terremoto no solo asoló la costa japonesa,
también causó daños en la central nuclear Fukushima
I, propiedad de la Tokyo Electric Power Company (TEPCO), donde el
temblor provocó una parada en el sistema de refrigeración de dos de los cuatro
reactores de la central y desencadenó varias explosiones de hidrógeno que
dañaron el revestimiento de los núcleos,
provocando una fusión parcial en los reactores 2 y 3.
Tras la emisión de una
cantidad de partículas radiactivas no especificada, las autoridades
decretaron el estado de "emergencia nuclear" y procedieron a evacuar un radio de
20 kilómetros alrededor de la planta, una distancia que más tarde se ampliaría
hasta los 40 kilómetros. El lunes 11 de abril, un mes después de la tragedia, la
Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial (NISA) elevó la gravedad del incidente
a nivel 7 para los reactores 1, 2 y 3 de Fukushima, el mismo nivel que alcanzó
el accidente de Chernóbil de 1986.
Sin embargo, fueron los operarios que se
quedaron en la central tras las primeras explosiones los que sufrieron las peores consecuencias, así como el personal de
emergencia (policías, bomberos, militares, etc.) que permanecieron en la zona
afectada por la radiación para poner a salvo a la población civil, que recibió
dosis de yoduro potásico para bloquear cualquier
daño que hubiera podido provocar la radiactvidad a la gándula
tiroides.
Condecorados el 7 de septiembre con el Premio
Príncipe de Asturias de la Concordia por su "valeroso y
ejemplar comportamiento", los 'héroes de Fukushima' estuvieron
expuestos a altos niveles de radiactividad
durante semanas y al menos dos de ellos fallecieron horas después del seísmo.

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