viernes, 9 de marzo de 2012

Más de 337.000 personas siguen sin hogar un año después del terremoto que asoló Japón

Este domingo se cumple un año desde que un seísmo de 9 grados de magnitud causara 15.845 muertos y provocara el mayor desastre nuclear de Japón.El Gobierno japonés ha aprobado ya cuatro presupuestos extraordinarios para hacer frente a la reconstrucción del país.Las autoridades plantearon la posibilidad de evacuar Tokio.

Este domingo 11 de marzo se cumple un año desde que un terremoto de 9 grados de magnitud en la escala Richter, seguido de un tsunami, arrasara la costa de Japón, dejando a su paso 15.854 muertos, 3.271 desaparecidos y el accidente nuclear más grave en la historia del país asiático.
Ahora, 365 días después, 337.819 personas siguen sin hogar, según Save the Children, y la reconstrucción de las zonas más afectadas por la tragedia avanza lentamente. Mientras, la central de Fukushima recupera la normalidad bajo una férrea vigilancia.
14.46 h, cuando todo comenzó
El viernes 11 de marzo de 2011, a las 14.46 hora local (6.46 hora española) un terremoto cuyo epicentro se situó en el mar, a 130 kilómetros de Sendai, en la costa este de Japón, hizo temblar al país durante seis interminables minutos. La magnitud del seísmo, provocado por el choque entre dos placas tectónicas, la del Pacífico y la Norteamericana, fue de 7,9 grados en la escala Richter, una cifra que finalmente se elevó hasta los 9 grados.
Las provincias de Iwate, Miyagi y Fukushima, en la región de Tokohu, fueron las más afectadas, no solo por el temblor, sino por el tsunami que le siguió. Olas que superaron en algunos puntos los diez metros de altura arrasaron viviendas e infraestructuras y destrozaron las ciudades más próximas al mar, desatando una alerta en otros Estados del Pacífico, como Nueva Zelanda, Australia, Filipinas o las islas Hawai que finalmente quedó solo en un aviso.
El Gobierno nipón consideró entonces que el coste económico del terremoto y del posterior tsunami ascendería a unos 25 billones de yenes (217.400 millones de euros), especialmente por los daños causados en infraestructuras, una cifra que ha ido aumentando con el paso de los meses.
El Ejecutivo espera recaudar un total 11,55 billones de yenes (107.000 millones de euros) hasta el 31 de marzo, cuando termina el año fiscal, a través de la emisión de bonos especiales y la inversión de particulares. Además, se han aprobado ya cuatro presupuestos extraordinarios por más de 20 millones de yenes (185.000 millones de euros) para reconstruir la zona arrasada por la catástrofe. Una inversión que pasará factura al país industrializado con mayor deuda pública del mundo, de más de un 200% de su producto interior bruto (PIB).
Fukushima, un año después
El terremoto no solo asoló la costa japonesa, también causó daños en la central nuclear Fukushima I, propiedad de la Tokyo Electric Power Company (TEPCO), donde el temblor provocó una parada en el sistema de refrigeración de dos de los cuatro reactores de la central y desencadenó varias explosiones de hidrógeno que dañaron el revestimiento de los núcleos, provocando una fusión parcial en los reactores 2 y 3.
Tras la emisión de una cantidad de partículas radiactivas no especificada, las autoridades decretaron el estado de "emergencia nuclear" y procedieron a evacuar un radio de 20 kilómetros alrededor de la planta, una distancia que más tarde se ampliaría hasta los 40 kilómetros. El lunes 11 de abril, un mes después de la tragedia, la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial (NISA) elevó la gravedad del incidente a nivel 7 para los reactores 1, 2 y 3 de Fukushima, el mismo nivel que alcanzó el accidente de Chernóbil de 1986.
Sin embargo, fueron los operarios que se quedaron en la central tras las primeras explosiones los que sufrieron las peores consecuencias, así como el personal de emergencia (policías, bomberos, militares, etc.) que permanecieron en la zona afectada por la radiación para poner a salvo a la población civil, que recibió dosis de yoduro potásico para bloquear cualquier daño que hubiera podido provocar la radiactvidad a la gándula tiroides.
Condecorados el 7 de septiembre con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia por su "valeroso y ejemplar comportamiento", los 'héroes de Fukushima' estuvieron expuestos a altos niveles de radiactividad durante semanas y al menos dos de ellos fallecieron horas después del seísmo.

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